Auditores y asesoría fiscal trabajan juntos

En este espacio controvertido, poco a poco hemos querido ir desmembrando y sacando a la luz el trabajo de auditores, asesores, administradores concursales y gestores varios, es decir, todos aquellas personas que intervienen en una situación económica concreta, bien sea en situación de concurso de acreedores, liquidación, venta o adquisiciones o en el simple diario de cualquier empresa, sea cual sea su forma jurídica sin distinción entre autónomos o sociedades anónimas, pero siempre, bajo la cautela de respetar cada situación específica.

Dentro de estos análisis llevados a cabo, hemos querido realzar las diferencias entre dichos agentes, como por ejemplo la diferencia entre administrador concursal y auditores, separando y a la par realzando las diferentes opciones para cada uno de ellos, y ante todo, diferenciando el papel que desarrolla dentro de una empresa concreta.

auditores trabajan con asesoría fiscal

En el día de hoy, vamos a realizar todo lo contrario, vamos a llevar a cabo ciertas cuestiones que nos harán plantearnos la colaboración y trabajo conjunto entre auditores y asesoría fiscal, las cuales ante todo, deben respetar y hacer cumplir la normativa vigente más allá del propio beneficio de los interesados.

Para este caso, no vamos a hacer distinción alguna entre auditores internos y externos, ya que el interno busca la mejora continua mientras el externo viene a desarrollar las funciones de vigilancia y control; al igual que ocurre con asesoría fiscal, cuya función es el normal cumplimiento con las obligaciones de la empresa ante el fisco nacional y autonómico.

Hablamos de colaboración y trabajo conjunto, por que las actividad y trabajos para el control y cumplimiento de obligaciones fiscales deben ir de la mano, es decir, en la inmensa mayoría de empresas de nuestro país, es una asesoría fiscal externa la encargada de realizar los apuntes contables que determinarán dichas obligaciones, es ahí donde intercede y evalúan los auditores y si en cualquier caso ambos no reman en la misma dirección, la empresa en cuestión estará inmersa en un enorme problema.

El canal de comunicación entre auditores, administrador concursal y asesoría fiscal debe ser limpio, velando solamente por la imagen fiel de la sociedad y con una colaboración estrecha entre ellos.