Auditores para el control empresarial
En lo que a economía se refiere, y para el público en general, existen dos palabras que se refiere a una profesión y que además suenan mal, pero que sin embargo debemos matizar tanto por el bien de ellos, como por el bien de nosotros; se trata de auditores y de administrador concursal, si bien su cometido es el de control, gestión y mejora de una situación concreta de cualquier sociedad. A todo esto, para la sociedad en cuestión, las palabras más temidas son quiebra, concurso de acreedores y obviamente, sanción.
Sobre el administrador concursal, ya hemos comentado varias veces su figura y papel dentro de la empresa, a la que es asignado, por ello, en el día de hoy vamos a centrarnos más en el papel desempeñado por auditores, tanto a nivel externo como interno, en cuanto al rol de controlador se refiere.
Como hemos mencionado en el párrafo anterior, la llegada de auditores a cualquier compañía puede celebrarse de manera interna o externa a la misma, siendo diferentes las causas, por lo tanto, vamos a analizar dicha llegada de manera independiente.
La celebración de auditoría interna no es obligatoria en ningún momento, si bien es necesaria para un control de todos los departamentos y buen funcionamiento de la empresa, ya que analiza desde la situación económica hasta los procesos de producción, realizando recomendaciones y observaciones buscando la mejora de la empresa en dichos departamentos, que a su vez ofrecerán mejoras a nivel global. Este tipo de auditoría pueden llegar en cualquier momento de la vida de la compañía, tanto en épocas de vacas gordas como flacas, pero sí es cierto que suele ser más común en épocas con problemas y mayormente en grandes compañías.
Por su parte, el papel de los auditores cuando de auditoría externa se refiere, viene a ser sinónimo de problemas, ya que ésta viene impuesta, viene determinada como consecuencia de disputas judiciales, de situaciones de concurso de acreedores, impagos o quiebra o por parte de los accionistas para aclarar cualquier situación. En este caso, tras el trabajo arduo y de búsqueda de información, los auditores emiten un juicio de valor, favorable o desfavorable, sobre las prácticas económicas y financieras ejercidas por la empresa durante los últimos años.